Edición N° 6, Artículo N° 6, publicado el 15 de octubre de 2023
Mas que mascotas, trabajan con nosotros.
Los hay policías para proteger a agentes, olfatear y localizan sustancias y personas, los hay de búsqueda y rescate, de terapia como apoyo emocional, de soporte ayudando a personas ciegas o con alguna enfermedad crónica, hay perros de pastoreo, algunos están entrenados para detectar cierto tipo de enfermedades y los hay de caza y rastreo, básicamente, son nuestros compañeros en casi cualquier actividad.
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Una relación milenaria
Esta relación entre perro y hombre lleva entre 14000 y 9000 años, se cree que todas las
razas que conocemos de perros, provienen del lobo gris, no se sabe a ciencia cierta si
todos los perros provienen del mismo grupo de lobos o se repitió varias veces el proceso
de domesticación a lo largo de la historia.
El hombre prehistórico también tenía a su mejor amigo y fue el perro, el primer animal en
cruzar con él todos los continentes, la razón fue por que le protegía de otras bestias, hacía
guardia cuando nuestros ancestros dormían, quizás eran excelentes niñeras y
además, como lo es hoy, un excelente animal de compañía.
El interés entre perro y hombre fue mutuo desde un principio, el beneficio de trabajar
juntos era enorme, el hombre aprovechó los sentidos del lobo como su olfato y visión, su
habilidad para rastrear presas y para protegerlo de otros depredadores, por su parte el
perro encontró en el ser humano un proveedor constante de alimento, agua y una mayor
protección de sus cachorros por parte de las comunidades humanas.
Al hacer distintas cruzas y elegir a los cachorros más aptos para ciertos trabajos, fue que
el lobo se convirtió en el perro doméstico, el hombre lo adaptó a sus necesidades,
creando diferentes razas para las distintas labores y características ambientales y
geográficas.
Un perro por cada 14 humanos
Existen actualmente más de 800 razas de perros, con una población
aproximada de 500 millones.
Prácticamente todas las culturas del mundo tuvieron perros, algunas desconectadas entre
sí por milenios, hace unos años se encontraron cachorros de unos pocos meses,
congelados en un antiguo yacimiento de mamuts, su edad ronda los doce mil años o más.
Son los conocidos como «perros de Tumat», procedentes del norte de Rusia.
México no fue la excepción, el xoloitzcuintle es una raza de perro muy antigua, que se
cree, se originó hace más de 3000 años.
En la mitología mexica, se creía que los xoloitzcuintles acompañaban a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlán, el lugar de los muertos, las leyendas dicen que Xolotl, dios del ocaso y de los espíritus, dio el xoloitzcuintle como regalo al hombre, después de haberlo fabricado de una astilla
del Hueso de la Vida, el hueso del que toda vida fue creada.
Debido a esto, los mexicas lo consideraban sagrado, y esta adoración se manifestaba en muchas representaciones esculturales y pictográficas.
Según recientes investigaciones, un punto clave para la domesticación, fue que el perro
modificó su metabolismo para procesar almidón y materia vegetal, por lo que podía comer
perfectamente de las sobras de nuestros ancestros, sucede ahora, ya que nuestros perros (aunque no del todo recomendable como dieta diaria) pueden comer pan y tortilla.
No se sabe bien cómo fue el acercamiento del perro y el hombre, pero debemos agradecer al ancestro, que, por primera vez, le dio un resto de su comida a un lobo, cambiando así la historia de ambas especies para siempre.
El perro no solo ha sido un testigo de nuestra historia, sino un coautor silencioso que ha dejado una huella imborrable en la narrativa humana.